Sed de Deseo - Capitulo 2 Final
- Andy Pau
- 16 ago 2019
- 4 Min. de lectura
Aún recuerdo el acto pecaminoso que hace un mes cometí con aquel hombre que conocí en el bar, fue tan rico y tan placentero.
Esta noche regrese otra vez al bar a ver si de casualidad esta o llega. Esta vez pedí otra cosa diferente de tomar, pedí un tequila doble; estuve esperando y no llegaba, me tome otro tequila doble y todavía no llegaba. Le pregunte al mesero, que si aún sigue viniendo a este bar y me contesto que solamente viene los viernes y ya no los martes. Le pedí la cuenta de lo que consumí, pagué y me retire de la mesa del bar.
Llegue a mi casa, me quite los tacones y me acosté en el sillón de mi recamara. Y soñé que otra vez le lamia el coño a ese hombre.
Al día siguiente fui de compras a la plaza comercial "Solange"y vi entrar a una tienda de juguetes sexuales, el hombre que conocí en el bar. Me acerque con cautela a la tienda y vi que estaba comprando unas bolas chinas y unos vibradores, me retire muy despacio y para que no me viera me metí a un local donde venden crepas, pero él iba rumbo al mismo lugar donde yo estaba. Enseguida me reconoció y nuestros ojos empezaron a dilatarse, exigiendo que comamos más sexo.
Se acerco y me pregunto: Hola te acuerdas todavía de mi?, y le conteste: Si, claro como olvidarte. Nos sentamos y pidió dos crepas de jamón con queso manchego y dos limonadas sin agua mineral, mientras nos las comíamos nuestros cuerpos se excitaban y nuestros rostros se ruborizaron, diciendo "Sed de Deseo".
Cuando terminamos, me dijo: Vamos a mi departamento? y le dije: Esperate un momento, primero dime como te llamas? y me contesto: Me llamo Sandro Legorreta y tu?, me llamo Miriam Escalante. Pidió la cuenta, pago y me dijo: que hermoso nombre tienes y le dije: Vamos ya a tu departamento, para dar rienda suelta a nuestros deseos.
Cuando llegamos, me cargo y me azoto en la cama y le dije: Espera, ahora jugaremos mi juego y me pregunto: Y que juego es? y le respondí: "Es el juego del placer", lo jale hacia mí, le desabroche su pantalón y me empece a a copularlo. Cuando los orgasmos se encimaron en nuestros cuerpos, me dijo: "Ahora jugaremos mi juego", ven levántate e inclínate un poco, cuando me incline, saco de la bolsa las bolas chinas que compro en esa tienda. Me las metió y empece a jadear como perra viendo un trozo de carne. Me levante y seguía jadeando, pero esta vez con mucha frecuencia. Me controle mojándome el rostro con agua fría. Me volvió a cargar y me llevo a otro cuarto de color rojo, le llamaba "El cuarto del placer" y me acostó sobre un sillón de terciopelo rojo, se abalanzo sobre mí y me pregunto: Hambre?y le conteste: Muchísima, pues eso es lo que hacen esas bolas Miriam. Nos paramos y me saco debajo de mis bragas las bolas chinas.
Me volvió a acostar, pero en la cama y me pidió que lo esperara. Cuando regresó me empezó a desnudar y el también, se acostó conmigo y me puso el vibrador en mi coño y empezamos a jadear como perros locos.
Nos vestimos y le dije que era hora de retirarme y me preguntó: Segura, no quieres más? y le conteste: No ya tengo que irme, de verás porque tengo que ir temprano mañana al gym. Me acompaño a la puerta y nos despedimos dándonos un beso a quemarropa.
Llegue a mi casa, me cambie y me acosté con su aroma impregnado en mi piel.
Al día siguiente, después de ir al gym fui a buscarlo a su departamento y había una nota pegada a su puerta que decía: Si me estas leyendo Miriam, nunca olvidare el momento que pasamos, me fui por motivos de trabajo a Cancún.
Pasaron dos meses y no sabia nada de él, durante ese tiempo me acosté con varios hombres, pero ninguno me hacía jadear rico como Sandro, él si es un maestro del sexo.
De nuevo fui esta noche al bar, a ver si de casualidad llega. Pedí lo mismo de la vez pasada y mientras me lo tomaba, se me acerco una mujer pelirroja con gafas oscuras y me preguntó: Tu eres la amante de Sandro, verdad? y le conteste: Y eso a usted que le importa, y me dijo: Mas de lo que te imaginas, él y yo nos íbamos a casar, pero te conoció y todo cambio, pues no todas las historias de amor son eternas, se volteo y se fue de bar.
Desilusionada de no ver a Sandro, pedí la cuenta, pague y me retire. En mi mente dije: "Que raro es Viernes y no llego".
Fui a su departamento a buscarlo y había otra nota pegada, que decía: Miriam, entra esta abierto", yo entre y lo vi sentado fumando un cigarrillo y le pregunté: Porque te desapareciste mucho tiempo? y me respondió: Perdón, pero todo se me complico y tuve que quedarme más tiempo. Le dije: Yo ya me voy solo quería verte, negando lo que mi cuerpo pedía, que era "Sed de Deseo" y me fui.
Al otro viernes regrese al bar y no estaba, el mesero me dijo que se había ido a vivir a Cancún por motivos de trabajo y le pidió que me entregara una nota que decía:
"Miriam, lo siento mucho, pero ya nunca más podré verte; estuvo muy rico el sexo que nos comimos".
POSDATA: Siempre tuyo.
- Andy Pau
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